¡Llego el momento de la verdad! ¿Quién ganó esta competencia? ¿El ratón más famoso de mundo, heredero del imperio que implícitamente conlleva su nombre; o el Galo mas conocido, quien junto a su compañero Obelix, luchan contra las fuerzas del Cesar para evitar la invasion de Roma sobre Galia?
¿Cual de los dos parques de atracción fue mejor? Pues creo que lo mejor sera comentar cada una de las visitas para asi poder dar una opinión objetiva. Pienso que la mejor forma de atacar este problema será cronológica. Si preguntant porqué, es debido a que siento es la forma correcta de actuar.
Empezemos entonces por, Disney: la Tierra de la Magia.
Para todos aquellos que nacimos del lado occidental del Atlántico (Amércia), Disney marcó definitivamente nuestra infancia. Podríamos decir que es prácticamente una gran parte de nuestra memoria. Mickey, Donald, Pluto, Gouffey, Minnie y Daisy. Sus historias, drama, amor y desamores, su constante lucha con el mal y su prueba de que la perserverancia vence. Al mismo tiempo, no podemos dejar atrás a los personajes de los Clásicos que todos amamos: Aladino, Hércules, la Sirenita, el Rey León, la Dama y el Vagabundo, Mulan. Sus historias, sus logros, su forma de probarnos que el bien siempre vencerá sobre el mal, de que es posible vengar a Mufasa y reclamar nuestro reino siempre con el lema de "Hakuna Matata", que Jasmin siempre nos perdonará por mentir sobre nuestra riqueza pues vivimos en “Un Mundo Ideal”, que es posible salvar a China pues “Mi Chica es la Razón”, que “Bajo del Mar” todos somos felices….etc…etc…etc.
Y eso mis amigos, es la verdadera magia de Disney. Ese sentimiento que recorre nuestros cuerpos cuando al leer las líneas anteriores sabemos perfectamente a que película, a que personaje y contexto pertenecen.
Es por esta razón que cada vez que nosotros, los niños que crecimos en los 90’s, oímos que vamos a ir a Disney Land, una emoción extraña se apodera de nosotros. Es como si nuestra infancia resurge de dentro de nosotros y la magia de Fantasia (Fantasia 2000 para las otras generaciones más jóvenes) renace. Estamos entrando en la tierra que, además de nuestros padres, nos enseñó sobre valores, moral y ética. Es por ello, que entrar a Disney es equivalente a decir, “entrar a casa”.
Como era de esperarse de este magnate del entretenimiento infantil (o mejor dicho, de todas las edades), Disney tiene más de un Parque de Atracciones en Paris. Tenemos:
A) Disneyland Park: o también conocido como el Disney Clásico. Este parquet se encuentra más enfocado hacia niños. Pero también puede ser una interesante travesía para todos aquellos que deseen revivir su juventud.
B) Disneyland Studios. Este parquet, por su parte, es mucho más abierto para todas las edades, y su principal visión es proporcionar una experiencia más emocionante y llena de Adrenalina. Se basa en la diversión en montañas rusas (excepto para aquellos que le tienen miedo a las alturas o que se marean muy fácilmente).
Por mi parte, ya tuve la dicha de ir a ambos parques. Pero, para dejar en igual las condiciones de juego, me enfocaré solamente en mi última visita: Disneyland Studios.
Este día fue excepcionalmente genial por varios factores: no llovió, Edgar y Carlos vinieron desde Nantes a visitarnos; y fue un día de celebración al “ser Latinos” (¡Español como la lengua madre!), viendo que fuimos 5 venezolanos (Cristina, Eduardo, Carlos, Edgar y yo) y 1 mexicano (Ricky) quienes fuimos a Disney. Lo interesante del último comentario fue que, al ser todos hispanoparlantes, al montarnos en las montañas rusas, siempre podríamos gritar o maldecir en nuestra lengua materna. En mi opinión, esto hace la experiencia mucho más interesante a hacerlo en inglés, donde la actividad puede terminar pareciendo falsa (cero discriminación contra Team Asterix).
Los detalles en Disney son una cosa seria. Ya sea en el mundo de Toy Story, donde prentendes ser un juguete; hasta la Torre del Terror, una mansión donde todos los días es Halloween; uno puede apreciar cómo se han invertidos grandes cantidades de dinero en crear una puesta en escena real. Pero, pese a eso, por alguna razón desconocida para mí, todavía sentía que era algo falso e irreal. Creo que el principal problema se debía a que tenía grandes expectativas ante los diseñadores de Disney (famosos mundialmente). Supongo que aquel mundo mágico de mi infancia, que todavía está en mi mente, no es muy fácil de recrear.
Igualmente, y no por de menos, tengo que comentar que la compañía de este viaje hizo la experiencia mucho más placentera y divertida. La emoción y discusiones de líneas de producción con Eduardo, la resaca y el nivel 2 de energía de Carlos, las risas con Ricky mientras veíamos a Carlos luchar contra su estómago, los memorias y recuerdos de las charlas con Edgar sobre viejos tiempos (por cierto, ¡que irónico que Edgar fue el único de Jemanchi que me logró venir conmigo a Disney!) y la efervescencia y gritos de “lo amé” de Cristina. Todo eso fue simplemente genial.
Pero desafortunadamente, no todo fue luces y estrellas en Disney. Tal como dije anteriormente, hay una infinita cantidad de cosas que ver y detalles que admirar en el parque; pero al contario de ello, no hay mucho que hacer. En total, hay solamente 4 “atracciones de adrenalina” en todo Disney Studios, aquellas que son sumamente importantes para nosotros los adolecentes y jóvenes adultos. Igualmente, resalta el hecho de que las líneas de esperas eran interminables, llegando a tener que esperar aproximadamente unos 80 minutos para poder montarse en una atracción. Por suerte, existe lo que llaman FASTPASS, lo que nos permitía montarnos a una hora determinada en las montañas rusas. Pero aun así, había largas colas.
Pese a este “corto” retraso de varias horas, debo reconocer que las atracciones fueron excelentes. La adrenalina, el miedo, el mareo, el nunca saber cuándo vas a caer, el peligro. Todo esto, junto al sentimiento de desafiar a la muerte mientras te expones al peligro, hace que uno se sienta más vivo que nunca (¡que irónico! ¿No?). Si no me creen, pues miren las siguientes fotos, pues como dicen “una imagen vale más que mil palabras”.
Al final, la experiencia fue única e inigualable. Disney siempre será Disney, sin importar la existencia, o mejor dicho falta, de algunos detalles y puestas en escena. Además, ¿dónde más uno puede tomar un viaje sobre una alfombra mágica sobre Agrabah?
¿Dónde más puede Buzz Lightyear se más alto y grande que nosotros?
¿En qué otro sitio no está mal visto por la sociedad el actuar como si uno tuviera 10 años de edad?
En efecto, ¡SÓLO EN DISNEY! Y esa es la verdadera magia de Fantasia. Esa es la verdadera magía de los Estudios Disney. Esa es la magia de crecer y cuando vemos hacia nuestro pasado, saber que Mickey nos enseñó tanto, mientras traía consigo una bolsa llena de sonrisas. A ti Mickey, ¡gracias!
...
Sé que pueden pensar que esta pelea ya no es tan imparcial como debería ser. Pero bueno, ¡debemos darle un chance a Asterix! ¿Quién sabe si, al final, termina gustándonos más?
Así que hablemos entonces de Asterix: una Aventura a través de la Historia.
A diferencia de Mickey Mouse, no todo el mundo conoce a Asterix el Galo. Pues sé que varios de mis amigos me lo van a agradecer, procedo a dar una pequeña introducción. Galia es el nombre que tenía antiguamente gran parte del Territorio Francés, durante los períodos del Imperio Romano, más o menos en eso de 50 a.C.
La historia de Asterix y su compañero de lucha, Obelix, toma lugar en el último pueblo de Galia libre de las manos del emperador romano Julio Cesar. Durante sus aventuras, veremos como Asterix y Obelix luchan contra las fuerzas romanas, mientras a su vez, conocen varios amigos en el camino (¿verdad que parece que lo saqué de Wikipedia? ¡Pues no! 100% Casanova).
En tiempos modernos, Asterix el Galo es uno de los principales exponentes característicos de las regiones francófonas, junto con las Aventuras de Tintin. Por esta razón, buscando honrar la francofonía, la historia y a Galia (Francia), que se decidió abrir este parque de atracciones.
Contrario a Disney, Asterix consiste exclusivamente de un solo parque. Este, a su vez, se encuentra subdivido en varias regiones, cada uno representando un sitio visitado por Asterix y Obelix durante sus travesías: Galia, el Imperio Romano, Grecia y Escandinavia (donde estaban los Vikingos).
El dia que fuimos a Asterix fue totalmente genial: un buen sol, un clima no tan frio (para ser mediados de Otoño) y cero rastros de una posible lluvia. Lo único negativo que si es imporante mencionar, pero que igual no siento que haya perjudicado mucho, fue el hecho de que tuvimos que tomar varios medios de transporte para poder llegar al parque (2 trenes y 2 autobuses). Esto se debió a reparaciones en el metro. Pero aun así, este sufrimiento valió totalmente la pena.
A diferencia de Disney, Asterix fue una experencia más "internacional". No tanto por el ir a la Galia, sino por la excelente compañia que tuve.
Para este viaje fuimos (de izquierda a derecha): Frida Douglass Hylin (de Noruega), Saara Souminen (de Finlandia), Nikki Mead (de Australia), Jonas Ullrich (Alemania), mi persona, Emmelie Puchinger (de Alemania), Veronika Mayer (de Alemania) y Ricky Gutierrez (ya lo conocen, de México).
Algo que amé de este parqué, cosa que ya critiqué en Disney, es la dedicacíón y esfuerzo que pusieron en todos los detalles. Desde la fila para montarte en las atracciones, hasta las papeleras; desde las escaleras de maderas puestas en forma antigua, hasta los carteles y letreros de señalización de baños (todos tenían un casco con ala, el mismo que usa Asterix).
Esto para mi fue un gran factor de influencia. Por ejemplo, en la zona de Grecia, uno verdaderamente sentía que estaba en una isla Griega. Las construcciones, los kioskos, las montañas rusas en madera. ¿Quién diría que eso que esperaba de Disney lo encontraría en Asterix?
Por otra parte, también es importante comentar que en Asterix las "atracciones de Adrenalina" son más numerosas que en Disney. Por lo menos habían 3 o 4 más. Esto para mí es otro factor a tomar en consideración en esta lucha, viendo que es uno de los principales factores por la que asistimos a estos parques temáticos.
Y por supuesto, la compañia fue excelente: la ternura de Saara, la amabilidad de Emmilie, el miedo de Frida, las risas de mi compañera de travesia Nikki, la dulzura de Veronika (quien no habla muy bien francés o ingles, pero tiene una excelente capacidad de transmitir sus mensajes, lo que me sorprende y da risa frecuentemente), la emoción de Jonas (pues Asterix es su ídolo de la infancia) y el entusiasmo y buenos "latin moments" con Ricky. Todo eso contribuyó a tener unos de mis mejores días en Paris.
El aspecto negativo de Asterix: tal vez, y solamente tal vez, fue el haber esperado una hora y cuarto para una atracción que simplemente eran 1 minuto y 15 segundos. Pero igual, la compañia lo hizo más ameno (¡y los Iphones de varios!)
Pero entonces... ¿quién ganó? ¿Asterix o Mickey? ¿Disney o Galia?
La respuesta es sumamente sencilla:
NO HAY COMPARACIÓN. Cada uno es indivual en su propia forma. Es como tratar de comparar a dos personas y decir quien es mejor (y si lo han hecho, ¡shame on you!). Es como obligar a una madre para que intente decir cual de sus dos hijos prefiere más (lo he hecho, ¡shame on me!).
Disney tiene la magia. Asterix tiene la historia y los detalles.
Si quieres vivir tu infancia de nuevo y sentir "que pequeño el mundo es", Disney es lo tuyo.
Si prefieres vivir una aventura en la historia, te gusta la acción y la adrenalina, y no te importa mojarte un poco; ve a Asterix.
Por mi parte, lo único que agradezco fue: ¡la excelente compañia que tuve en ambos viajes!
¡Gracias chicos! A ustedes les dedico este post.
Nacho
No hay comentarios:
Publicar un comentario